martes, 22 de diciembre de 2009

Tiempo de regodeo

Ahhhh! Vacaciones. Navidad. Tiempo de fiesta y celebración. De pasar el tiempo con la familia. O con los amigos. Tiempo también de derroche y consumo.

Se supone que en este país celebramos el nacimiento del mesías cristiano en estas fechas. A pesar de que parece probado (aunque es un dato no muy extendido) que nació en primavera (Marzo, si no recuerdo mal). ¿De que sirve esta celebración entonces? ¿Para extender la ideología cristiana por encima de las fiestas paganas? Bueno, no todo el mundo ha olvidado que en realidad el día que llamamos Navidad es un día de fiesta 'hereje' (celta, creo. sí, mi memoria anda muy mal, ¿que pasa?). Una fiesta se tapa celebrando otra cosa ese mismo día. Hay que admitir que el invento ha sido muy efectivo. Espero que el inventor de la idea fuese también recompensado adecuadamente, aunque lo dudo firmemente.

Por otro lado, quisiera hacer una reflexión respecto a otra cosa característica de estas fiestas. Papa Noel. Santa Claus. No importa el nombre. Un viejete gordo muy simpático vestido con un llamativo traje rojo. Bueno, dicen que originalmente, el traje era verde, pero es obvio y evidente que la ColaCoca es una empresa de gran poder y maldad (esconden su fórmula secreta para que no se la roben, aunque medio mundo la conozca, por lo visto. No, yo no la conozco), así que como su color es el rojo, pos el viejete tenía que pasar por el tinte su traje y su gorrito. Que me parece muy bien, oigan. Total, con lo desvirtuada que ya está la fiesta original, ¿a quién le importa que el gordito cambie el color de su traje? Lo que no acabo de comprender es la idea del viejete en sí. Un abuelete, que en vez de pasarse las fiestas con sus nietos, o con sus amiguetes jugando al dominó, se las pasa haciendo la lista de la compra en una fábrica en el polo Norte (para que los regalos lleguen frescos, supongo), para después repartir lo comprado entre las casas de la gente de todo el mundo.

Eso sí que es ser un filántropo, no como algun residente de Hollywood que yo me sé. O un estúpido, según como se mire. Porque vamos a ver. ¿A quién cojones se le ocurre entrar por la chimenea? Para eso están las puertas, atontao! Si quieres hacerlo sin que se te vea, vale, no uses la puerta. Usa la puta ventana, que aunque la rompas, se cambia con facilidad, y rara es la casa sin una ventana lo suficientemente ancha como para que pases, por muy gordo que estés. No como la chimenea, que tu entras rojo, y sales negro. Del esfuerzo de colarte (son estrechas ahí arriba) y del hollín que tienen, que la gente siempre se olvida de limpiarlas. Bueno, cuando las apaga. Y digo yo, si sales negro, pareces un ladrón. A ver si va a ser que...

Pero bueno, aunque no lo fueras (inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero solo sobre el papel, que eso en la calle no existe...). Tio, tu tienes un complejo de Robin Hood que ya quisiera el susodicho. Por que lo de andar regalando cosas como si a ti te sobraran. Y todos los años, además. Y siempre el mismo día. Si es que hay que ver... Bueno, pero es un complejo de Robin Hood ligeramente desviado. A los pobres les das cosas, pero a los ricos... diez veces más. Ni que vivieras de sus impuestos, vamos.

En fin, que te lo pases bien estas navidades, tengas un feliz año, y si tal, me regalas muchas cosas. Eso sí, luego, si te he visto no me acuerdo, que no está la economía para compensar con regalitos a cada filántropo que tiene un detalle contigo.

2 comentarios:

Lara LI dijo...

De hecho te revelaré, mi querido Jacob, que el 25 de diciembre, "casualmente", es también la fecha de cumpleaños de Osiris, Buda y creo que Ashur, y el 23, solsticio de invierno, es la festividad celta de Alban Arthuan, Yule para los amigos.

Y sí, el pase por la tintorería del vejete simpático fue culpa de Coca-Cola. Originalmente San Nicolás (ése era su nombre verdadero, Nicolas de Bari) vestía de verde, y lo mejor de todo... ¡era turcoooo! Muy nórdico, sí señor. Eso se lo añadieron al mezclarlo con otro Nicolás lapón que también tenía la sana costumbre de hacer regalos.

Total, que a estas alturas esta fiesta conserva de original el esqueleto, pero a mí me sigue gustando celebrarla, pues, como buena pagana, le doy más valor al fondo que a la forma, y Yule sigue siendo una fecha de paz, armonía y familiaridad.

¡Por más que queramos matar a la familia XD!

Jacob dijo...

Ahhh.... adoro tener tan a mano a una pagana historiadora tan dispuesta a iluminarnos con su sabiduría.
Aunque a veces queramos matar a la familia.