domingo, 21 de febrero de 2010

Pesadillas

Por mucho que diga Calderón eso de que "los sueños, sueños son", las pesadillas son más, mucho más que eso. La mayoría tienen que ver con algún tipo de miedo: miedo a las arañas, las serpientes, los escorpiones, los insectos en general o las abejas en particular, miedo a estar solo, encerrado, a gran altura, a no tener suelo bajo los pies, y tu laaaargo etcetera. Son miedos primarios, instintivos, que la especie ha acabado por perder, aunque algunos sujetos aun lo mantengan. Y son pesadillas molestas. Te despiertas con sudor frío, escalofríos, jadeante. Te relajas un rato, das media vuelta entre las sábanas y te vuelves a dormir. Y listo. No pasa de eso. Es cierto, puede que una misma pesadilla te acose durante toda una noche y te deje desvelado. Pero normalmente, al día siguiente ya ni te acuerdas. Son pesadillas molestas, pero pasajeras.

En cambio, hay otro tipo de pesadillas más... cabronas. Estas no es que te alteren el pulso cardíaco, te lo dejan por las nubes. Y además te dejan el cerebro hecho puré. Son aquellas pesadillas que juegan con tus sentimientos de amor y odio (que, en esencia, son el mismo). Pongamos un ejemplo, pa entendernos. Tu pareja acaba de cortar contigo, y no es porque tu te hayas portado mal con ella. No la has maltratado, ni insultado, ni le has sido infiel ni nada por el estilo. Pero, por la razón que sea (y mejor si tu no la conoces o si sabes que la que te ha dado es mentira), ha cortado contigo. Imagina que un tiempo después, cuando su recuerdo aun te resulta doloroso puesto que aun la amas, sueñas con tu pareja, ah no, ahora ex-pareja, liándose con otra persona. Y sin discreción alguna, por muy recatada que fuera contigo. Eso es una pesadilla cabrona. No solo te duele pensar en tu ex-pareja, sino que además ves que está con otra persona. Eso no es una imagen agradable, precisamente. Ni tampoco algo que te puedas quitar de la cabeza así como así.

O por ejemplo, soñar con tu amante. Sí, con esa persona con la que disfrutas sexualmente como con nadie y por la que para tu desgracia empiezas a sentir algo aparte del más puro deseo. Te la/lo encuentras y, como siempre, su picardía te calienta. Y tu comienzas a pensar que, irremediablemente, esa noche toca. Pero resulta que en cuanto te descuidas, te demuestra que no solo se lleva bien con su ex-pareja de nuevo(ese/a capullo/a que tanto daño le ha hecho), sino que han vuelto. Y se lían delante tuya, como si nada. En realidad, lo quieras o no, si ves a alguien a quien aprecias mucho que es del sexo por el que tienes preferencia sexual (tu mismo sexo si eres homosexual o el sexo contrario si eres hetero) liándose con alguien, sea quien sea ese alguien, es muy dificil mantener la vista en esa persona. Algo en tu interior se rebelará (tu corazón, en realidad), y el mal humor se apodera de ti (o la apatía, si no tienes suerte). Asi que eso tambien se aplica a ese amigo/a que te atrae y al que ves liándose o simplemente coqueteando con otra persona. Y en eso no influyen las preferencias sexuales. Da igual si eres un tio hetero que ve a su amiga liándose con otra mujer, o si eres una mujer lesbiana y ves a tu amigo hetero liándose con una desconocida.

Por otro lado, están las pesadillas que juegan con tu sentimiento de odio. Volviendo a los ejemplos, ese/a idiota con el que discutias/peleabas cuando erais un par de enanos (o no). Verlo delante tuya hace que vuelva a hervirte la sangre, especialmente cuando no hace demasiado de la ultima vez que os enfrentasteis. Te despiertas con la furia dominando tu cuerpo, aunque lentamente te calmas.

Por desgracia, ninguna de estas cosas es lo peor que te puede pasar. No no no. Puede ser peor. Y lo es. Es el caso del combo. El combo consiste en una situacion dramática que te deja en un estado catatónico durante unos instantes, a pesar de que sabes que es imposible que tenga lugar. El supercombo: en una sala cerrada, de la que no puedes salir (necesitas estar ahí por lo que sea, como puede ser el estar esperando para subir a un avión o un tren para irte derechito/a a un concierto de tu grupo favorito), estás con tus colegas, que llevan un rato pasando de ti. Tu ex está a un par de metros, disfrutando de los besos de su nueva pareja; tu amante demuestra a todo el mundo de la misma forma que se ha reconciliado con su media naranja; tu amiga del alma, esa que con gran placer y regocijo te llevarías a la cama, no es menos que tu ex y tu amante, y demuestra a todo aquel que la mire lo enamoradísima que está de su nuevo novio/a. Y por si no fuera poco, aquel animal con el que te dabas de ostias todos los días el mes pasado viene hacia ti con cara de mala uva, una tirita en la ceja, puntos en la barbilla (obra tuya, obviamente) y acompañado de otros veinte colegas suyos con malas pulgas y cara de tener ganas de golpear sin parar. Y tus colegas, como no, a su bola y pasando de ti. Por suerte, es en ese punto en el que te depiertas, para no volver a dormirte en toda la noche, y rememorar el sueño hasta que te centras en alguna tarea mecánica que te permita no pensar en nada y quedarte con cara de bobo.

Si es que no hay peor cosa que amar sin ser amado y no odiar y ser odiado.

2 comentarios:

Lara LI dijo...

Nunca he vivido lo del combo, pero el resto de pesadillas sí se me hacen familiares...

Christian Kell dijo...

Hoy una...