*En la oscuridad de la noche, un hombre entra en el cuarto y despierta al joven que trata de descansar en el lecho*
- Hijo. Despierta, hijo. ¡Despierta!
- Oh tío, déjame dormir un rato, ¿quieres? Anoche llegué muy tarde, y ya sabes que el trabajo es muy duro.
- No, ahora no, hoy no. Ha ocurrido algo terrible. Levántate, ponte algo de ropa y ve enseguida junto a la caravana de Sam. Rápido.
*El joven mira el reloj que tiene en su muñeca mientras el hombre sale apresurado del cuarto. Las cinco de la mañana. Se viste mientras trata de imaginarse qué puede haber llevado a tanta preocupación a su tío. Algo grave, sin duda. Se lava la cara para despertarse tras solo tres horas de sueño, y sale corriendo a donde ya se han reunido unos pocos, que parecen estar esperandole cuchicheando entre sí.*
- Y bien, ¿qué ha ocurrido?
- ...
- Vamos, acabo de despertarme, apagué las brasas de la forja hace solo 4 horas, apenas logro mantenerme en pie de lo cansado que estoy, ¿quereis decirme que demonios ha pasado?
- Un demonio, eso ha pasado, muchacho. Un demonio se ha llevado a tu padre.
*El joven se gira hacia el hombre que le responde. Es el único de los reunidos al que no conoce. Un hombre joven, robusto, con varias y grandes cicatrices en los brazos desnudos. Lleva un simbolo grabado justo encima del bíceps. Es uno de ellos*
- ¿Qué te ha traido aquí, forastero? Pareces un búho cargado de malos augurios. Como todos los búhos. ¿De que conoces a mi padre?
- Dime muchacho, ¿qué sabes tú de tu padre?
- Sabe lo que necesita saber- responde el hombre que lo ha despertado.- Es un buen muchacho, y sus parientes le han explicado todo lo que sabe sobre los tuyos, y algunas cosas más.
- Caray. Y yo que pensaba que en estos días solo los Hijos seguían esa costumbre. Bien, eso facilita las cosas. Bueno, muchacho. Has de saber que tu padre y yo eramos compañeros. No es necesario que te dé más detalles, ¿verdad? Pues bien. Tu padre ha muerto. Luchamos contra un demonio, un ser que jamás debería haber pisado este mundo, y conseguimos vencerle, pero tu padre pago el precio con su vida. Tengo entendido que tu madre murió al darte a luz, ¿no?
- No, mi hermana le dió a luz en un parto complicado. Pero fue un Perdido el que la mató, pocos días después. Solo que para vosotros resultaba más fácil pensar que habia sido un parto complicado, que creer que unos parientes como nosotros hubieramos podido acabar con un Perdido sin vuestra ayuda.
- Sí, bueno, algo había oído sobre el tema. Pero probablemente ya sepas que los líderes son muy insistentes en que su versión del asunto es la correcta, y no aceptan ni permiten que se cuchicheen otras opiniones. Bueno, muchacho. Solo he venido para informaros de ello. Al fin y al cabo, eres la única familia que le quedaba, aparte de mí y de el resto de la... pandilla. Espero que no se te pase por la cabeza el querer su cuerpo para enterrarlo ni nada de eso. ¡Ey! ¿Estás bien?
*El joven se está poniendo rojo. Resopla como un animal enfurecido. Todos sus músculos parecen aumentar de tamaño. Sus tendones parecen querer salir de debajo de su piel*
- Oh, mierda. Justo ahora no...
*...*
- Parece que se despierta... Sí, se está despertando. Avisad a Methmes. Querrá hablar con él.
*La cabeza duele. Agujetas por todo el cuerpo. La consciencia se abre paso a través de un muro de dolores y sensaciones extrañas. Pelo bajo el cuerpo tendido en posición horizontal. Pelo encima del cuerpo, cubriéndolo. El calor de una lumbre cercana. Sonido de personas moviéndose. Y... animales, quizás perros.*
- Me han dicho que ya estás despierto, muchacho.
- ...
- Aún te duele todo el cuerpo, supongo. Tranquilo, se pasará en unos minutos. Espero que tu consciencia siga intacta a pesar de tu silencio...
- ¿Dónde? ¿Qué ha...?
- Sí, tu consciencia sigue intacta, al menos eso parece. Tranquilo, con calma. Descansa, no te incorpores aún, o el dolor de cabeza irá a peor. No quieres vomitar encima de tus mantas, ¿verdad? Calma. Todo a su tiempo. Trata de descansar, necesitarás un rato. Solo te diré que acabas de entrar por la puerta grande en la liga de los mayores. La misma en la que jugaba tu padre. Y el que envió al demonio que lo mató a él sigue vivo, así que quizás el hijo pueda vengar la muerte del padre, si es lo que desea.
- Anghh...
- Bueno, bueno. Parece que es demasiado para ti de momento. Trata de dormir todo lo que puedas, mañana empiezas una nueva vida. Buenas noches, pequeño cachorro.
- Hijo. Despierta, hijo. ¡Despierta!
- Oh tío, déjame dormir un rato, ¿quieres? Anoche llegué muy tarde, y ya sabes que el trabajo es muy duro.
- No, ahora no, hoy no. Ha ocurrido algo terrible. Levántate, ponte algo de ropa y ve enseguida junto a la caravana de Sam. Rápido.
*El joven mira el reloj que tiene en su muñeca mientras el hombre sale apresurado del cuarto. Las cinco de la mañana. Se viste mientras trata de imaginarse qué puede haber llevado a tanta preocupación a su tío. Algo grave, sin duda. Se lava la cara para despertarse tras solo tres horas de sueño, y sale corriendo a donde ya se han reunido unos pocos, que parecen estar esperandole cuchicheando entre sí.*
- Y bien, ¿qué ha ocurrido?
- ...
- Vamos, acabo de despertarme, apagué las brasas de la forja hace solo 4 horas, apenas logro mantenerme en pie de lo cansado que estoy, ¿quereis decirme que demonios ha pasado?
- Un demonio, eso ha pasado, muchacho. Un demonio se ha llevado a tu padre.
*El joven se gira hacia el hombre que le responde. Es el único de los reunidos al que no conoce. Un hombre joven, robusto, con varias y grandes cicatrices en los brazos desnudos. Lleva un simbolo grabado justo encima del bíceps. Es uno de ellos*
- ¿Qué te ha traido aquí, forastero? Pareces un búho cargado de malos augurios. Como todos los búhos. ¿De que conoces a mi padre?
- Dime muchacho, ¿qué sabes tú de tu padre?
- Sabe lo que necesita saber- responde el hombre que lo ha despertado.- Es un buen muchacho, y sus parientes le han explicado todo lo que sabe sobre los tuyos, y algunas cosas más.
- Caray. Y yo que pensaba que en estos días solo los Hijos seguían esa costumbre. Bien, eso facilita las cosas. Bueno, muchacho. Has de saber que tu padre y yo eramos compañeros. No es necesario que te dé más detalles, ¿verdad? Pues bien. Tu padre ha muerto. Luchamos contra un demonio, un ser que jamás debería haber pisado este mundo, y conseguimos vencerle, pero tu padre pago el precio con su vida. Tengo entendido que tu madre murió al darte a luz, ¿no?
- No, mi hermana le dió a luz en un parto complicado. Pero fue un Perdido el que la mató, pocos días después. Solo que para vosotros resultaba más fácil pensar que habia sido un parto complicado, que creer que unos parientes como nosotros hubieramos podido acabar con un Perdido sin vuestra ayuda.
- Sí, bueno, algo había oído sobre el tema. Pero probablemente ya sepas que los líderes son muy insistentes en que su versión del asunto es la correcta, y no aceptan ni permiten que se cuchicheen otras opiniones. Bueno, muchacho. Solo he venido para informaros de ello. Al fin y al cabo, eres la única familia que le quedaba, aparte de mí y de el resto de la... pandilla. Espero que no se te pase por la cabeza el querer su cuerpo para enterrarlo ni nada de eso. ¡Ey! ¿Estás bien?
*El joven se está poniendo rojo. Resopla como un animal enfurecido. Todos sus músculos parecen aumentar de tamaño. Sus tendones parecen querer salir de debajo de su piel*
- Oh, mierda. Justo ahora no...
*...*
- Parece que se despierta... Sí, se está despertando. Avisad a Methmes. Querrá hablar con él.
*La cabeza duele. Agujetas por todo el cuerpo. La consciencia se abre paso a través de un muro de dolores y sensaciones extrañas. Pelo bajo el cuerpo tendido en posición horizontal. Pelo encima del cuerpo, cubriéndolo. El calor de una lumbre cercana. Sonido de personas moviéndose. Y... animales, quizás perros.*
- Me han dicho que ya estás despierto, muchacho.
- ...
- Aún te duele todo el cuerpo, supongo. Tranquilo, se pasará en unos minutos. Espero que tu consciencia siga intacta a pesar de tu silencio...
- ¿Dónde? ¿Qué ha...?
- Sí, tu consciencia sigue intacta, al menos eso parece. Tranquilo, con calma. Descansa, no te incorpores aún, o el dolor de cabeza irá a peor. No quieres vomitar encima de tus mantas, ¿verdad? Calma. Todo a su tiempo. Trata de descansar, necesitarás un rato. Solo te diré que acabas de entrar por la puerta grande en la liga de los mayores. La misma en la que jugaba tu padre. Y el que envió al demonio que lo mató a él sigue vivo, así que quizás el hijo pueda vengar la muerte del padre, si es lo que desea.
- Anghh...
- Bueno, bueno. Parece que es demasiado para ti de momento. Trata de dormir todo lo que puedas, mañana empiezas una nueva vida. Buenas noches, pequeño cachorro.
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